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Hechos históricos
HECHOSHISTORICOS DE JALISCO
En Jalisco han sucedido varios hechos históricos aquí te explicaremos los más relevantes
1530 Nuño Beltrán de Guzmán comienza propiamente su expedición en tierras de los teúles chichimecas.
Para 1530, Nuño Beltrán de Guzmán era una figura poderosa en la Nueva España. Había sido presidente de la Primera Audiencia y, a pesar de sus crecientes conflictos con Hernán Cortés y otras autoridades, mantenía una gran influencia. Buscando consolidar su propio poder y riquezas, además de escapar de las acusaciones en su contra en la Ciudad de México, Guzmán organizó esta expedición hacia el noroeste, una región poco explorada por los españoles y habitada por diversas etnias indígenas.
·1541: Apogeo de la Rebelión Cazcana, muerte de
Pedro de Alvarado y expedición punitiva de Antonio de Mendoza
La Rebelión Cazcana, también conocida como la Guerra del Mixtón (1540-1542), fue una de las sublevaciones indígenas más grandes y violentas que enfrentaron los españoles en la Nueva España. Iniciada en la región de Nueva Galicia (actuales Jalisco, Zacatecas y Nayarit), esta rebelión fue una respuesta directa a los abusos y la opresión de los conquistadores, particularmente de Nuño Beltrán de Guzmán y sus sucesores.
En 1541, la rebelión alcanzó su punto culminante. Los indígenas caxcanes, tecuexes, zacatecos y otros grupos chichimecas, liderados por caudillos como Tenamaxtli (en Nochistlán) y Xiuhtecutli (en Juchipila), se fortificaron en peñoles (cerros fortificados naturalmente), como el famoso Mixtón, y lanzaron ataques coordinados contra los asentamientos españoles. Lograron importantes victorias iniciales, poniendo en jaque el control español de la Nueva Galicia y amenazando incluso la recién fundada Guadalajara.
1542: Fundación definitiva de Guadalajara en el
valle de Atemajac
La fundación definitiva de Guadalajara en 1542 en el valle de Atemajac fue la culminación de un proceso que implicó cuatro reubicaciones a lo largo de diez años. La primera villa de Guadalajara se estableció en Nochistlán en 1532, pero fue abandonada rápidamente debido a la escasez de agua y las difíciles condiciones. Le siguió una segunda fundación temporal en Tonalá en 1533, que duró unos dos años. La tercera reubicación fue en Tlacotán en 1535, un sitio que resultó ser insostenible debido a los constantes y violentos ataques de las poblaciones indígenas, especialmente durante la Guerra del Mixtón. Finalmente, el 14 de febrero de 1542, bajo el liderazgo de Cristóbal de Oñate, los pobladores trasladaron la villa al valle de Atemajac. Esta ubicación fue elegida estratégicamente por su seguridad, la abundancia de recursos como agua y tierras fértiles, y su potencial para el comercio. Poco después de esta fundación, Guadalajara recibió el título de ciudad y su escudo de armas, consolidándose como la capital de la Nueva Galicia y un pilar fundamental en el occidente de la Nueva España
1560: Guadalajara se convierte en capital de
Nueva Galicia y en sede mitral
La consolidación de Guadalajara como un centro de poder en la Nueva España se selló en 1560 cuando fue designada oficialmente capital de la Nueva Galicia y sede mitral. Este doble nombramiento fue crucial para su desarrollo.
Como capital de la Nueva Galicia, Guadalajara se convirtió en el epicentro administrativo y político de una vasta región que abarcaba gran parte del occidente de lo que hoy es México. Esto significó que las principales decisiones de gobierno, justicia y organización territorial para esta importante provincia de la Nueva España se tomarían en la ciudad.
Simultáneamente, al ser elevada a sede mitral, Guadalajara se convirtió en la cabecera de una arquidiócesis, lo que implicaba que el arzobispo residiría allí y desde allí se dirigirían los asuntos religiosos de toda la región. Esto le otorgó un estatus eclesiástico supremo y la convirtió en un centro fundamental para la evangelización y la organización de la Iglesia Católica en la Nueva Galicia.
Este doble nombramiento en 1560 no solo elevó el estatus de Guadalajara, sino que también impulsó su crecimiento demográfico, económico y cultural, al atraer a funcionarios, eclesiásticos, comerciantes y colonos, consolidándola como una de las ciudades más importantes del virreinato.
·1792: Fundación de la Real y Literaria
Universidad de Guadalajara.
El año 1792 marcó un hito fundamental para la educación y el desarrollo intelectual de la Nueva Galicia con la fundación de la Real y Literaria Universidad de Guadalajara. Antes de su establecimiento, la educación superior en la región era limitada, generalmente ligada a colegios religiosos o la posibilidad de estudiar en la Real y Pontificia Universidad de México. La creación de esta institución en Guadalajara fue un reflejo del creciente deseo de las élites locales y de la Corona española de promover el conocimiento y formar profesionales en la propia capital de la Nueva Galicia.
La iniciativa para su fundación venía gestándose desde hacía varias décadas, impulsada por figuras ilustradas y por la necesidad de una institución que pudiera impartir estudios en diversas disciplinas, no solo teológicas. Al ser "Real", significaba que su creación contaba con la aprobación y el patrocinio directo de la Corona española, otorgándole prestigio y recursos. El término "Literaria" destacaba su enfoque en las artes, las humanidades y las ciencias, más allá de la teología y el derecho canónico, que eran predominantes en otras universidades coloniales.
Con su apertura, la universidad comenzó a ofrecer cátedras en campos como el derecho civil y canónico, la medicina, la filosofía y las artes, formando a las futuras generaciones de abogados, médicos, clérigos y pensadores que serían cruciales para el desarrollo social, político y económico de la región. La Real y Literaria Universidad de Guadalajara se convirtió así en el principal centro de enseñanza superior en el occoccidente de la Nueva España, sembrando las bases de lo que hoy es la Universidad de Guadalajara.
·1810: Establecimiento en Guadalajara del
gobierno insurgente, abolición de la esclavitud y aparición del primer
periódico.
El año 1810 fue trascendental para Guadalajara en el contexto de la Guerra de Independencia de México, ya que la ciudad se convirtió en un epicentro del movimiento insurgente. En ese año, Miguel Hidalgo y Costilla estableció en Guadalajara el gobierno insurgente, transformándola temporalmente en la capital de su movimiento revolucionario. Desde aquí, Hidalgo emitió una de sus proclamas más significativas: el decreto de abolición de la esclavitud. Esta medida, firmada el 6 de diciembre de 1810, fue un golpe directo a una de las instituciones fundamentales de la sociedad colonial y un llamado a la libertad que resonó profundamente entre las masas populares.
Además, durante este periodo de control insurgente, Guadalajara fue testigo de la aparición del primer periódico de la insurgencia: El Despertador Americano. Fundado por el sacerdote y periodista Francisco Severo Maldonado, este medio sirvió como un vehículo crucial para difundir las ideas revolucionarias de Hidalgo, informar sobre los avances del movimiento y contrarrestar la propaganda realista, marcando un hito en la historia del periodismo mexicano. Estos tres eventos —el establecimiento del gobierno insurgente, la abolición de la esclavitud y la aparición del primer periódico— subrayan la importancia estratégica y simbólica de Guadalajara en las primeras etapas de la lucha por la independencia de México.
1821:
Proclamación de la Independencia en Tlaquepaque.
En 1821, Guadalajara jugó un papel fundamental en la consumación de la Independencia de México, específicamente con la proclamación de la Independencia en Tlaquepaque. A medida que el movimiento insurgente, liderado por Agustín de Iturbide y el Ejército Trigarante, avanzaba victoriosamente, las principales ciudades de la Nueva España fueron sumándose a la causa independentista. Guadalajara, como capital de la Nueva Galicia, era un objetivo clave.
El 13 de junio de 1821, el general Pedro Celestino Negrete, quien comandaba las fuerzas trigarantes que se dirigían a Guadalajara, llegó a la población de San Pedro Tlaquepaque, entonces una villa cercana a la capital. Allí, en un acto de gran simbolismo y trascendencia política, se proclamó la independencia de la Nueva Galicia del dominio español. Este evento marcó la adhesión oficial de una de las provincias más importantes del virreinato al Plan de Iguala y a la causa independentista, allanando el camino para la entrada pacífica del Ejército Trigarante a Guadalajara al día siguiente. La proclamación en Tlaquepaque, en las afueras de la capital, representó la aceptación del nuevo orden político y la integración de la región en la naciente nación mexicana.
1823:
Establecimiento del Estado Libre y Soberano de Xalisco.
En 1823, un año crucial en la consolidación del México independiente, se estableció formalmente el Estado Libre y Soberano de Xalisco. Tras la caída del Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, el país entró en un periodo de debate sobre su organización política, decantándose por un sistema federal. En este contexto, las antiguas provincias coloniales comenzaron a erigirse como entidades federativas autónomas. La antigua Intendencia de Guadalajara, que había sido parte de la Nueva Galicia, se constituyó como uno de estos primeros estados.La proclamación como "Libre y Soberano" significaba que Xalisco (con la grafía de la época, que posteriormente derivaría en Jalisco) tendría autonomía para gobernarse a sí mismo, con su propia constitución y leyes internas, aunque sujeto a la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. Este hecho marcó el nacimiento del actual estado de Jalisco como una entidad política definida, con Guadalajara como su capital, sentando las bases de su organización territorial y política en la nueva nación independiente
1925: El
gobernador José G. Zuno establece la Universidad de Guadalajara
En 1925, el gobernador de Jalisco, José Guadalupe Zuno Hernández, llevó a cabo una de las acciones más significativas para el desarrollo educativo y cultural del estado al restablecer la Universidad de Guadalajara. Es importante destacar que esta no fue una fundación desde cero, sino una refundación o restablecimiento de la institución que había sido suprimida o cerrada en varias ocasiones a lo largo del siglo XIX debido a conflictos políticos y las cambiantes ideologías de los gobiernos post-independientes.
La visión de José G. Zuno, un intelectual y político con ideas progresistas influenciadas por la Revolución Mexicana y la corriente vasconcelista, era la de crear una universidad moderna, laica y con un profundo compromiso social. Su objetivo era que la institución sirviera como un motor de transformación para la sociedad jalisciense, promoviendo no solo el conocimiento académico, sino también la cultura, las artes y la investigación científica.
Bajo su liderazgo, la Universidad de Guadalajara fue relanzada con una estructura renovada, incorporando nuevas facultades y programas de estudio que respondieran a las necesidades del siglo XX. Este acto no solo recuperó la tradición universitaria de la región, que se remontaba a la Real y Literaria Universidad de 1792, sino que sentó las bases para el crecimiento y la consolidación de la actual Universidad de Guadalajara, convirtiéndola en una de las instituciones de educación superior más grandes e influyentes de México. La refundación de 1925 representa un punto de inflexión en la historia educativa de Jalisco, marcando el inicio de una nueva era para la máxima casa de estudios del estado.
1992:
Explosiones en el barrio de Analco causadas por gasolina.
El 22 de abril de 1992, la ciudad de Guadalajara sufrió una de sus tragedias más devastadoras: una serie de explosiones en el barrio de Analco, específicamente en el sector Reforma. Estas explosiones fueron causadas por una acumulación de gasolina y gases inflamables en el sistema de alcantarillado, producto de fugas de combustible de una empresa petrolera estatal, Pemex, que se mezclaron con las aguas residuales.
La tragedia comenzó en la calle Gante y se extendió a lo largo de varias cuadras, dejando un saldo oficial de más de 200 personas fallecidas, cerca de 500 heridas y miles de damnificados. Las explosiones provocaron la destrucción total de kilómetros de calles, casas y negocios, dejando cráteres profundos y una escena de devastación. La magnitud del desastre conmocionó a México y al mundo, generando una ola de solidaridad y ayuda humanitaria.
Las investigaciones posteriores revelaron fallas en la infraestructura, negligencia y falta de monitoreo por parte de las autoridades y la empresa responsable, lo que llevó a procesos legales y a la implementación de nuevas normativas de seguridad para prevenir futuras catástrofes de esta índole. Las explosiones de Analco quedaron grabadas en la memoria colectiva de Guadalajara como un evento trágico que cambió la ciudad y generó una mayor conciencia sobre la seguridad urbana y la responsabilidad de las empresas.
¡Jalisco: cuna de laIndependencia yla Revolución, donde ellegado de héroes como Hidalgo yMadero resuena en cadarincón, forjandoel espíritu indomable de México!
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